Friday, September 3

Por Amor-Odio a Christina



Aquella mañana fue diferente. El cielo se hizo más cielo. El sol se hizo más Sol. La tristeza se hizo más tristeza. Rodrigo acababa de despertarse para ir a su trabajo como mesero en un conocido café bonaerense. El plan no había resultado. El fracaso se hizo más fracaso.
No quizo despertar a Christina, sabia que no habia dormido bien, se la pasó llorando todo esa noche. No pudo dormir casi nada, escuchándola. Simplemente comió una manzana y una galleta y salió al Café "Plaza Dorrego" -Miseria- pensó.
Rodrigo había emigrado a Argentina hace 8 meses. Entre sus sueños, estaba el más ferviente, el de ser un escritor que pudiera vivir de sus obras. En sus primeros meses, se encontraba con el mayor de los entusiasmos. Nuevo país, nueva vida, nuevas experiencias- se planteaba. Al principio vivió con el ahorro que había realizado para ese viaje. Dormía en un cuarto que alquiló en pleno centro de la ciudad, el resto del día se lo pasaba escribiendo en la plaza (siempre le había gustado el escribir en el exterior) y buscando editoriales interesadas en sus proyectos. Buenos Aires le parecía una ciudad mágica, misteriosa- la cuna de la cultura en Sudamérica. Pero a los 2 meses, el dinero comenzó a escasear, fue por esos lares cuando conoció a Christina. Se encontraron en una de las tantas tardes de reflexión de Rodrigo en la plaza. Primero solo fue un saludo, luego una conversación, luego una serie de encuentros. Eran como pareja no establecida. Nunca supo si "estaban" o no. No le interesaba, suponía que a ella tampoco. Cristina era solo un poco más baja que él, delgada, pelo negro y unos inconfundibles ojos azules profundos, tan profundos que parecían que miraran a través de uno. Lo que más le atrajo fue su estilo: polo de los rolling, pitillo, converse viejas. Era una combinación de chica de su casa, con rockera inestable. Era de Córdoba, sus padres querían que estudiara Medicina. Solo resistió el primer año. Luego se fugó de su casa y vivía de las pinturas que hacía.
A los 4 meses de vivir en Argentina, hacía 2 que conocía a Christina, empezó a trabajar en el café . Seguía escribiendo, pero las cosas ya no eran lo mismo. Su ímpetu se fue apagando, cual gladiador doblegado. Ahora lo importante no era vivir, sino, SOBREvivir. Esto era una experiencia nueva en su vida, ya que Rodrigo pertenecia a lo que se puede llamar la high life limeña. Estudió en el Santa María y tenía un futuro prometedor. Al menos hasta el día en el que su padre decidió que estudiaria Derecho, como él. Al igual que Christina, solo resitió 2 ciclos, luego junto su dinero y viajó a Bolivia, y luego a Argentina. Talvés su mayor frustración y a la vez su mayor alegría fue haber conocido a Christina.
Ella era una pintora, con una habilidad nada despreciable, y con la venta de sus obras podía vivir una vida, si bien no ostentosa, le alcanzaba para ciertos gustos. Estar a su lado casi todos los días, le hacia recordar que era un fracaso, un pobre iluso que penso que con 1000 dolares en el bolsillo y aspiraciones a escritor podría sobrevivir. No pudo concretar su sueño y no regresaba al Perú solo por mero amor propio ...y por Christina?

- Es mejor que te vayas, aqui te hecharas a perder- le dijo una tarde Christina
- No puedo, no quiero, no me lo perdonaría- respondio Rodrigo- Acaso no me quieres aqui?Contigo?
- Justamente porque te quiero, Rodrigo, te digo que te vayas. Si sigues así, asi te quedaras, y yo no quiero eso. Tu tienes talento. No lo desperdicies
- Pero si me quedo aqui podré....
- No llegaras a nada aquí, no entiendes! Lamento que sea yo quien te tenga que decir esto pero si no tienes suerte aqui en Buenos Aires vas a ser un pobre diablo. Mejor regresa a Lima, ten un título y despues haz lo que te de tu gana, escribe, vuelve -si quieres - replico Christina. En ese momento, sus bellisimos ojos azules estaban entre una combinación de ternura, culpa y lástima
- No lo haré, me quedaré aquí en Buenos Aires, yo pertenzco aquí- dijo, con la poca esperanza que le quedaba- ni el mismo estaba seguro de serlo
- Entonces yo me tendré que ir, no puedo verte desperdiciandote- concluyó Christina, y envuelta en lagrimas salio del cuarto de Rodrigo.

A la semana siguiente, Christina viajo a París, le habían dicho que una renombrada galería se había interesado en sus pinturas y querían que produjera allá, en la Ciudad Luz.
Como era de esperarse, Rodrigo no fue a despedirse de ella, a pesar de que ella le dejo el recado con la dueña de la casa donde se alojaba Rodrigo. Lloro mucho en el avión, recordo sus muchas noches juntos, filosofando acerca de la vida, las largas caminatas, la irresistible sonrisa de Rodrigo. Nunca más lo vería, nunca más le hablaría.
                                                                  .........
Años despúes, se leía en los periodicos locales " Joven artista argentina, Christina Ricaldi, se consagra como una gran revelación en el mundo de las artes en París".


-Qe sorpresa no? Vos la conoces?
-Nunca he oído de ella señor Villalba, pero dicen que es bastante buena,que es lo que va a desear?
-Lo de siempre, un capuccino y un croissant, por favor Rodrigo
-De acuerdo señor

Camino a la cocina, a Rodrigo se le acumularon los pensamientos- Christina, el libro a medio terminar desde hace 3 años, los sueños, el café, los sueños, los sueños....

-Mierda- concluyó